En las tardes de verano Catalunya Ràdio está emitiendo un mini programa llamado «5 songs» que pregunta a figuras públicas más o menos relevantes cuáles son las cinco canciones que más han marcado su vida y/o su carrera. Emiten las canciones acompañadas de una breve explicación con los motivos para cada elección. Creedme, es un programa delicioso.
Sin ningún ánimo de ponerme a la altura y relevancia de las personas que salen en ese programa, sí me ha parecido interesante elegir cinco canciones que me marcaron y explicar por qué. Por supuesto, hay muchas más canciones que me han marcado, que tienen un significado personal o que me parecen relevantes y merecedoras de mención, pero cinco son cinco. Así que, aquí va:
Norwegian wood (This bird had flown) | The Beatles (1965)
Para mí los Beatles fueron un lago enorme en el que bañarme desnudo y solo durante mi adolescencia. Mi familia me fue regalando todos los CD (más caros de lo normal) hasta acabar teniendo toda la colección, lo que me llevó a leerme biografías y convertirme en un pequeño obseso de los de Liverpool.
Un buen amigo me dijo que los Beatles son una fase. Maravillosa, pero temporal. Quizás tenga razón. Pero para mí escuchar su inacabable discografía era sumergirme en un mundo perfecto, inmenso y al mismo tiempo cerrado (los descubrí a principios de los 90, cuando ya llevaban más de 20 años separados).
Vivir y comprender su evolución me pareció una experiencia riquísima y me hizo apreciar la música de una forma totalmente diferente a lo que había vivido hasta el momento. Y dentro de ese lago gigante, siempre me quedé con Norwegian Wood. Corta, delicada, ambigua pero directa, redonda. Es seguramente la única canción de los Beatles que puedo escuchar eternamente sin cansarme de ella.
Recuerdo disfrutar con las ambigüedades de la letra tanto como con el uso del estéreo. Recuerdo sonreír con la actitud burlona de la chica de la canción. Recuerdo querer aprender a tocar la guitarra. Recuerdo querer viajar a Noruega. Recuerdo querer vivir dentro de esa canción. A día de hoy me siguen maravillando las canciones cortas y redondas, que te llevan de paseo para devolverte al mismo sitio casi sin darte cuenta, sin advertir que te has convertido en alguien diferente.
Wish you were here | Pink Floyd (1975)
Descubrí Pink Floyd en el instituto. Un compañero me dijo que esto era mierda de la buena, que dejaba en nada cualquier otro grupo que hubiera escuchado en mi vida. Obviamente había oído hablar de ellos, pero nunca había escuchado ninguna canción más allá de The Wall y mucho menos un disco entero. Y como me gustaba ir de alternativo por la vida, me pareció que era difícil hacerme más el interesante que escuchando The Dark Side of the Moon.
Pero sí, sí podía. A mí el disco me sonaba de haberlo visto por casa. De hecho, mi padre tenía ese disco y el Wish you were here en vinilo. Así que aproveché que estaba solo en casa, puse The Dark Side of the Moon en el tocadiscos, me puse los cascos y me dejé llevar. Y vaya si me llevó.
Supongo que la mezcla de escuchar uno de los mejores discos de la historia, con un sonido innovador y sin igual (en esa época), y hacerlo en ese contexto de chico que prueba las drogas por primera vez (nunca he tomado drogas, pero me lo imagino como algo parecido a lo que experimenté ese día) me dejó una huella permanente.
Escuchado ese disco, probé con el segundo. Me pareció igualmente compacto, embriagador, perfecto, desde la primera nota hasta la portada y el diseño interior; pero una canción me cautivó más que el resto. Su delicadeza, su mentirosa sencillez, su (de nuevo) juego con el estéreo, su personalidad dentro de un todo, ese crescendo contenido… Me pareció que sería imposible superar algo así.
Y a día de hoy me sigue pareciendo que se acerca a la perfección más que cualquier otro tema. Sin embargo, lo que creo que apuntaló esta canción como una de las imprescindibles de mi vida es que en esa época mi tío estaba en la fase terminal de un cáncer. Murió poco más tarde de descubrir yo el disco. Y recuerdo pensar que si estuviera en su situación, si pudiera elegir cómo morir (o al menos, en qué entorno y contexto) no dudaría en pedir que Wish you were here fuera lo último que escuchara.
Visto desde la distancia me parece un pensamiento muy naïf y hasta ridículo. Pero así quedó instalado en mi cabeza y por eso debe ser una de las canciones de mi vida.
Blues before sunrise | Eric Clapton (1994)
Hubo una época (en 1994, por ejemplo) en la que iba a las tiendas de música y compraba CDs. Yo tenía 17 años y ahorraba algo trabajando durante el verano, por lo que por un lado tenía capacidad para gastar mi propio dinero, pero por el otro era muy poco y tenía que gastarlo con cabeza. Así que un buen día me planté delante de dos discos que me apetecían mucho. Uno era el From the cradle de Eric Clapton, una vuelta a los orígenes del blues, y por el otro, el nuevo disco de Prince. Sí, aquél en el que cambió de nombre y toda la pesca. Recuerdo tener los dos discos en la mano y no saber cuál elegir.
Había escuchado los singles del de Prince en la radio y me gustaban, pero del de Clapton no sabía apenas nada. Nota: en algunas tiendas se podían escuchar los CD antes de comprarlo, pero ni mucho menos en todas. Lo normal era comprar a ciegas o habiendo escuchado sólo un par de temas. Así que como Prince estaba de moda y yo me las quería dar de alternativo, tiré por lo del blues.
Llegué a casa, metí el CD en la cadena de sonido… y mi cabeza estalló. Los primeros segundos de su primer tema me dejaron con una sonrisa bobalicona en la boca durante minutos. Mitad orgasmo, mitad risa maléfica por haber acertado de lleno. El disco me impactó muy profundo. Lo disfruté del primer al último segundo, pero ese inicio se me quedó grabado como un gigante «te lo dije». Nota 2: Con el tiempo me compré el disco de Prince y no me gustó tanto. Ni de coña. Pero sí es cierto que en esa época previa a Spotify e incluso a Napster se daba un valor añadido a los discos (y a las elecciones).
Don’t look back in anger | Oasis (1996)
En la cuarta posición he elegido Don’t Look Back in Anger porque es mi favorita de Oasis, pero en realidad podría ser cualquiera del grupo de Manchester. Además, al revés que el resto de grupos que cito aquí, los descubrí y disfruté durante su esplendor. Oasis marcó buena parte de mi juventud, siendo la banda sonora de veranos tristes, charlas eternas con amigos y esa soledad tintada a partes igualdes de independencia y rechazo.
De nuevo, como me las daba de alternativo, no me gustaba Wonderwall como a todo el mundo, sino esta. A ver, que lo alternativo supongo que hubiera sido que te gustara Blur o algún otro grupo inglés, pero me conformé con eso.
Fue una época dura para mí en lo personal y creo que la sutil tristeza de fondo que destilan todos los temas de Oasis, ese fervor adolescente que de repente topa con la realidad, me encajó a la perfección.
Crying Lightning | Arctic Monkeys (2009)
Podría repetir todo lo anterior para aplicarlo a los Arctic Monkeys. Me pilló en un momento de cambio (30 años, dejando una relación de 6, soltero y viviendo solo por primera vez, con ganas de cambiar de trabajo…) y los Monkeys fueron mi banda sonora. Descubrí su explosivo primer disco casi la misma semana que empecé a salir con la que ahora es mi mujer.
Quizás sería reducirlo demasiado al cliché, pero su fuerza adolescente me permitió engañarme y vivir una segunda juventud, quizás para estar a la altura de la chica, bastante más joven que yo. Pero lo cierto es que los Arctic Monkeys me engancharon desde el primer acorde. Letras adultas encajadas a la perfección en melodías y percusiones rebeldes. Una combinación demasiado buena para unos putos críos. O eso me pareció cuando los vi actuar en la sala anexa del Palau Sant Jordi en 2011 (creo). Eran demasiado buenos para darse cuenta. Quizás como lo que me estaba pasando a mí. Una felicidad imprevista que puso los cimientos de la que tengo ahora.
Y en ese contexto, destacaba por encima de todas Crying Lighting, aunque no sabría decir muy bien por qué. Quizás me pareció la más redonda, la más adulta (en ese momento de su carrera). Algo hizo que le pusiera un asterisco como mi favorita del grupo y ahí se quedó.
PD: Si queréis, aportad vuestras canciones y explicaciones en los comentarios.